tamarindo y flamboyán
El tamarindo y el flamboyán
desde hace tiempo creciendo están.
Año tras año, hoja por hoja,
la vaina verde, la rama roja.
Frondosidades vivas y eternas
colmando el patio de flores tiernas.
Cabeceantes cuando paseo
bajo sus copas y me mareo.
Y yo los mido con la mirada,
porque han crecido como si nada.
Disminuyéndome la estatura
que no les llega ni a la cintura.
Arriando el cielo con rapidez…
aunque nacieron mucho después.
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