LECHUZA INCONFORME
La lechuza Pelusa,
muy confusa,
(incluso por el nombre que le han puesto)
como olvidó volar, porque es molesto,
pensó escribir,
y se le fue la musa.
— ¡Lechuza frita soy! —
— dijo la ilusa ave,
desanimada,
e hizo un gesto tan doloroso
que un caimán, honesto,
gimió: — ¡Le daré un beso a la lechuza!—
Sijú le trajo un plátano maduro.
Avestruz del desierto un huevo duro.
Mandril le regaló sabrosos higos.
El búho la abrazó y le dijo:
— ¡Nieta,
¿por qué sufres queriendo ser poeta
si a ti nunca te faltan los amigos?—
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