DESORDEN EN EL METRO
Majarete y Catalina
fueron al metro a jugar
metras, pero al comenzar
el viaje, la tremolina
las empujó hacia una esquina
y luego hacia otro vagón.
– ¡No les llamo la atención
–advirtió Dulce de Coco–.
Porque ya me falta poco
para entrar en mi estación!
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