INCENDIO
Porque le prendieron fuego
al monte, el alcaraván,
sin preguntar dónde están
los ríos, chilló: – ¡Hasta lueeeego! –.
Y voló, aunque estuvo ciego
por la implacable fogata.
Luego vio una garrapata
que su yesquero escondía
y dijo: – ¡Hay gente tan fría
que hasta dormida es ingrata! –.
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