lunes, 26 de noviembre de 2012

 PROPIEDAD PRIVADA

El murciélago sembró,
contento,
un árbol frutal
sin darse cuenta, al final,
que entre dos patios quedó.

Y una mañana chilló
cuando un fruto de su parte
desapareció:
¡Acusarte
debo! 
 rezongó mohíno,  
pero cuando vio al zorrino
dijo:   ¡¡Pasé a saludarte!!


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