EL AULA DE LOS RISUEÑOS
La ji-rafa y el ja-guar
por todo vivían riendo
y el jí-baro pensó:
«Entiendo,
los tengo que separar
porque me van a arruinar
las clases,
y no está bien».
Así que los puso a cien
pies, pero el tejemaneje
entonces, bajo el ateje,
lo armaron pio-jo y je-jén.
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